Indice

    Nadie sabe el verdadero valor de lo que posee hasta que se encuentra en riesgo de perderlo. No esperes a llegar a ese punto crítico para apreciar lo que realmente significa para ti.





    ¿Cuánto valoras a tu familia? ¿Tus padres, hijos, esposo(a), trabajo y todo lo que tienes? Demasiadas veces, como seres humanos, pasamos por alto las bendiciones que Dios ha colocado en nuestras manos. Esto a menudo nos lleva a subestimar, descuidar o incluso maltratar lo que ya tenemos a nuestro alcance.


    Demasiadas personas pasan la vida quejándose de lo que no tienen en lugar de agradecer por lo que tienen.


    ¿Vas a esperar hasta que pierdas lo que Dios te ha dado para entender su verdadero valor? En más de una ocasión, hemos escuchado historias de personas que solo apreciaron su trabajo cuando se quedaron sin él.


    Puede ser que hasta hoy hayas vivido en tristeza y desánimo debido a lo que percibes que te falta, lo que te ha impedido encontrar la felicidad y dar gracias a Dios por las bendiciones que ya tienes. Hoy es el día en que te animo a disfrutar, alegrarte y vivir con gratitud por lo que Dios te ha proporcionado.


    Muchos esperan a que llegue un día especial, una fecha relevante, o algún evento extraordinario para encontrar la felicidad, sin darse cuenta de que la verdadera felicidad no se encuentra afuera, sino dentro de uno mismo, donde habita el Espíritu Santo de Dios.


    La historia del rey Saúl es un recordatorio de cómo la falta de aprecio puede llevar a perder lo que uno tiene. No esperes hasta que sea demasiado tarde, con la cabeza baja, llena de arrepentimiento y tristeza, porque no supiste valorar lo que tenías en tus manos. Conozco a muchas personas que lamentan no haber valorado adecuadamente su matrimonio, hijos, familia, trabajo, posesiones y amistades, solo cuando ya los han perdido.


    Así que, disfruta de lo que tienes en este momento, porque recuerda lo que dice en Hebreos 13:5: 'No te dejaré, ni te desampararé'.





    La satisfacción no es simplemente un sentimiento; es una actitud. Significa que, a pesar de las limitaciones y desafíos que puedas estar enfrentando, elijes la alegría en lugar de la tristeza, el agradecimiento en lugar del resentimiento, y la valoración en lugar de la queja. Esta actitud abre las puertas para que entren en tu vida las bendiciones que necesitas. Cuando estás contento con lo que tienes y no amargado por lo que no tienes, estás demostrando a Dios cuánto confías en Él y cuán consciente estás de Su presencia y la veracidad de Su Palabra.


    Jesús desea transformar tus lamentos en danzas, pero tú debes permitirle entrar en tu vida. Búscalo hoy, confía en Él y descubre la abundancia de Sus bendiciones.